Mi cuerpo, mi mente

Antes he visto esta ilustración, y aunque no creo que tenga mucho de científica, inevitablemente me ha hecho reflexionar acerca de las secuelas que me dejará todo esto.

Son tantos años viviendo triste, tantos minutos perdidos, tantas horas llorando, tantas noches en blanco… Recuerdo que al principio de todo esto, cada vez que recibía una noticia, era incapaz de encajarla. Y me enfadaba, me cabreaba muchísimo. Me daba una especie de ira, que solía pagar con J., y que en algunos momentos me preocupó tanto, que me llevó a empezar una terapia.

Esta mañana, al levantarme, me hice un test. Y el resultado fue lo que ya esperaba: negativo. Aunque se que muchas me diréis que hasta la beta, hay esperanza, se que en verdad, todas sabéis que no la hay. Qué usamos esa frase siempre como consuelo, en las redes, las unas con las otras. Qué Fulanita le dio negativo, y luego fue positivo. Es algo que hemos leído todas también, pero ninguna conocemos a Fulanita, seamos serias.

¿Y cómo encajo ahora estas noticias? Me hunden. Me hacen sumirme en un estado de tristeza horrible, en el que afloran todos mis problemas e inseguridades.

Me quitan el aire, me frenan, me impiden concentrarme… y me convierten en una persona que detesto. Débil, tocada. Me hacen huir de la gente, evitar salir y evitar hablar con mis amigos o compañeros. Me hacen echar de menos los tiempos en los que me enfadaba…

Si la ilustración es cierta, es probable que todos mis órganos estén dañados ya…

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