Solo hay uno

Esta blastoespera ha sido sin duda la mejor y la peor de las tres por las que he pasado. La mejor porque nunca tuve tan buen resultado a día 4, y la peor porque nunca tuve tan mal resultado a día 5.

Contra todo pronóstico, mis 7 ovocitos fecundados fueron estupendamente hasta el día 4. Ese día el embriólogo me llamó y me dijo que 2 iban más rezagados, pero que sin duda al día siguiente tendríamos entre 2 y 5 blastos, y aún podía haber más en día 6. Ese día era Viernes, y yo era feliz. Me encontraba mal físicamente, y aunque me preocupaba, pues habían pasado muchos días desde la punción, escuchar eso hacia sentirme bien, como si todo mereciese la pena, como si mi dolor fuera justificable. También me dijo que me llamarían el Sábado tarde con las biopsias de dgp ya realizadas y con el resultado final del día 5.

Y llegó el Sábado. Mientras J. y yo sacábamos a los perros, en nuestra nube, bromeando… Sonó el tfno. Y yo ya tuve un mal presentimiento, me dijo que me llamaba tarde y apenas eran las 10. Nada más descolgar, llegó la noticia «solo hay uno». Me quedé estupefacta, congelada, lo repetí en alto y J. al mismo tiempo decía «CÓMO???». Entre las razones que me dieron, no me valía ninguna en realidad. Lo que quería, era colgar y llorar, pero no podía. No podía porque tenía que decidir si biopsiarlo o congelarlo. Necesitaba tiempo, así que le pedí 15 minutos para decidir.

Las lágrimas, cuando ya te han dado tanto, no salen. Todas mis pesadillas volvieron a mi cabeza. Nunca jamás lo conseguiría, tenía que tirar la toalla ya. Finalmente decidimos congelarlo, y en esta segunda llamada nos dijo que dejaría en cultivo aún uno que no se había parado, pero que no me hiciera ilusiones. Por supuesto no me las hice. Ni ilusiones, ni nada, porque mi vida se volvió a parar, mi tarde ya no fue de cine, ni de amigos. Mi tarde fue en la cama, en silencio y en soledad, intentando asumir que no voy a lograrlo, que hay que saber cuando rendirse.

Al día siguiente, antes de las 10 se repitió la llamada, esta vez para decirme que había llegado otro contra todo pronóstico, y ya estaba congelado. Aquí se termina mi tercera fiv. La mejor y la peor de todas.

Y el tiempo, como siempre en la infertilidad, te estafa, quieres que pase rápido, o lento. Y nunca a la velocidad que va. Ayer tuve revisión postpuncion y mis dolores quedan justificados en forma de 3 hematomas en algunos sitios de punción. Tratamiento: reposo, nolotil, y por supuesto, no habrá transfer. Otro palo a la colección de palos de tiempo.

Está claro que el destino le da guerras a los mejores guerreros. Pero son tantas cosas las vividas en mis 39, que me gustaría dejar de ser soldado, aunque fuera solo un rato. Reír con ganas, dormir del tirón, no tener que sentir esta herida tan profunda, que cuando parece que cierra, vuelve a abrirse para dejar cicatriz encima de cicatriz.

Y mientras me convierto en lo que nunca quise ser, una rata experimental de laboratorio para médicos, y una mujer frustrada por no ser madre para otros, la vida continua.

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