
Hace días que no escribo, y aunque suene a excusa, no lo he hecho porque no he tenido ni un minuto libre.
Las cosas fueron avanzando en mi preparación, pero como todo se alinea para que nunca me salga como planeo, la transferencia me tocaba el miercoles 4 de Diciembre. Por temas laborales, ese día era imposible para mí y le pregunté al médico si podíamos hacer algo para atrasarlo un día. En ese momento tenía el endometrio a 7 mm trilaminar y con un folículo de 18mm, y me comentó que podíamos intentar frenar con Orgalutran y vernos al día siguiente. Me la tenía que jugar, así que salí de allí super estresada a buscar una farmacia donde tuvieran Orgalutran, para pincharmelo inmediatamente, eran las 19.30 de la tarde. En la cuarta farmacia en la que entré, por fin lo tenían…
- «Si, veo que está en stock»
- «Genial, me salvas la vida es el cuarto sitio en el que entro»
- «Pero tienes que esperar, tengo que confirmar si está encargado»
- (Ahí sentí que mi ilusión se caía por un precipicio) «vale, pues confirmalo»
- «Pues no, no está encargado…»
- (Alivio) «qué bien, ufff»
- «Ya, pero es que esta medicación hay que encargarla con antelación, es que este tipo de medicinas requieren autorizaciones, tienen que estar en la nevera…»
- (Y de repente me vi excusandome como si tuviera que hacerlo!) bueno, ni mí médico ni yo pensábamos que la fuera a utilizar y acabo de salir de la consulta…»
- «Ya, pero es que al final todas venís con lo mismo…»
- «¿Me salgo de la farmacia, te llamo por tfno, te la encargo y vuelvo a entrar? Porque bastante estresante es mi vida, bastante terrible es tener que recurrir a esto, intentarlo mil veces, no conseguirlo, bastante es gastar mi sueldo todos los meses en medicinas, como para que me insistas en ese tono y con este tema. Así que dime si vas a vendermelo o me voy»
- «Sisi, perdona, se que es muy estresante…»
- (Mientras terminaba de pagar) «no, no lo sabes. Buenas tardes»
La verdad es que no entiendo porque hay personas tan amargadas en la vida que tienen que amargarte la tuya también, y opinar sobre temas de los que está claro, que no tienen ni idea. Y encima ser tan poco empáticos.
Después de salir de allí, cogí mi coche y me fui corriendo a casa a ponérmelo… Pero cuando me levanté por la mañana, noté que el mal rato con la farmacéutica no había servido, tenía la cara aceitosa, con 2 granos rojos, y flujo, mucho flujo. Pasé el día regular y asumiendo que había perdido el ciclo. Salí corriendo del trabajo y cuando llegué a la clínica me confirmaron que había ovulado… Pero también me confirmaron que no pasaba nada, que podíamos empezar esa noche con progesterona y hacer la transfer el Martes. Dudé un poco, pero enseguida me lancé y dije que si. Eso si, no podría quedarme haciendo reposo, iría directa desde el trabajo, haría la transfer, descansaría esa noche y al día siguiente, a trabajar. Mi gine me confirmó que no pasaba nada, y que el endometrio estaba perfecto en 7.9, así que así quedamos.
Como en mi vida todo es difícil, esto no podía ser menos. Y el Domingo mi perro sufrió un accidente doméstico, se dio un golpe que hizo que se le cayeran 2 dientes, y yo además, me hice una contractura en el cuello, de premio, al ir a cogerle. Pasé un Domingo horrible sufriendo por mi bichito, y encima no podía moverme y me tuve que tomar varios Nolotiles. Pensé en cancelar y mandarlo todo a la mierda.
Pero soy fuerte, y mi perro más, y el Lunes los 2 ya estábamos mejor, decisión tomada: al día siguiente haríamos transfer.
Y llegó el día, terminé una reunión a las 12.40 con mi jefa y a las 12.45 estaba en el coche, corriendo como siempre, bebiendo muy rápido, con dolor de cuello, pero positiva. La transfer fue rápida, aunque esta vez me molestó un poquito la cánula, sentí como que me «rascaba» aunque afortunadamente fue sensación porque no hubo manchado de ningún tipo.
Y al salir de la clínica, como ya viene siendo costumbre, me senté a esperar a que J. acercase el coche, para moverme lo menos posible, y allí estaba. Un euro. Yo nunca me encuentro chupetes, me he hartado de leer chicas que se encuentran señales en todos los sitios, y yo siempre me he preguntado porque yo no. Y de repente un euro, encima de un sillón, y nadie lo había visto, miré hacia delante y vi salir a un niño de unos 4 años con su abuela, se acababan de levantar de estos sitios. Y mientras esperaba, me hice la historia en mi cabeza, quizá la abuela le había dado un euro, para chucherías, por portarse bien, y mientras esperaban, ese niño que se alejaba con un gorro de lana azul marino, decidió jugar con ese dinero, quizá se le olvidó, quizá su abuela tiró de su manita para montar en el coche que los esperaba… Y lo dejó ahí para mí.
Mi último embrión, mi campeón, mi guerrero, yo también he sido la última en muchas cosas en la vida, pero se que se puede remontar, se que se puede luchar. Así que si tú quieres, puedo enseñarte muchas cosas, ¡por favor, quedaté conmigo!