Llegó, no se si el esperado, pero llegó igualmente, el día en que tenía que ir a por los resultados de hematología y ver si mis cardiolipinas estaban bien con el Dolquine.
Ansiosa, fuí primero a por los análisis y después a la consulta, y en ese trayecto de medio metro, me dio tiempo a entrever que las tenía a raya. Una vez dentro, el doctor me comentó que estaba todo bastante bien, salvo la homocisteína, que no nos libramos nunca de que esté alta. Hay que decir que yo me había autobajado la dosis de Isovorin, de 10 mg a 5 mg, ya que no veía avances ni signos en mi cuerpo de que esto fuera a ir para poco tiempo, así que me dije a mí misma que para que seguir inflando el cuerpo con historias. Me pautó subir a 10 mg de nuevo y sumamos el Hidroxil. También me pautó Innohep, esta vez de 4500. Si ya me daba miedo la dosis anterior, esta ya me da pánico directamente. Mi cerebro me traslada al fatídico día de la hemorragia y me hace ponerme en los peores escenarios posibles: otra hemorragia, un accidente de tráfico, un corte profundo… yo antes no era una persona negativa, pero las circunstancias me han marcado. También me dijo que haríamos Anti XA para regularlo, así que rezo porque esa analítica de un resultado como para poder bajarlo.
Mi cuerpo, mientras tanto, seguía esperando la regla a su ritmo, y el Martes, tras un ciclo de 39 días, y unos días muy raros con algo de ansiedad, hizo su aparición mi amiga. Ahora puedo suponer que la ansiedad era un síndrome premenstrual gigante, ya que me he quedado tan tranquila en ese sentido después de su aparición.
El problema es que en mi vida todo siempre tiene que tener un pero, y el pero hizo aparición aproximadamente el Jueves pasado en forma de mareos. No sabría decir que tipo de mareo era, pero no es como cuando te baja la tensión, fue en 2/3 momentos puntuales del día, y como en ese momento aún seguía esperando a mi amiga, pues decidí echarle la culpa a ella. La noche del Viernes al Sábado dormí muy mal, estaba nerviosa, tenía como ansiedad (ya lo he comentado antes), me desperté llorando, y durante la mañana volví a experimentar los mismos mareos, esta vez de modo más continuo, además estaba muuuy cansada. Pero quise achacarlo a la falta de sueño y también a mi amiga de nuevo, que seguía sin aparecer.
Como era el día de nuestro aniversario y tenía un planazo por delante, hice de tripas corazón, me arreglé, me maquillé, y me fui a pasar el día como habíamos planeado. La verdad es que no se si porque el buen ánimo se apoderó de mí o porque, pero me empecé a encontrar mejor y al final pasé un día estupendo.
Tras un par de días de aparente tregua, el Martes volvió a aparecer el mareo en el trabajo, esta vez de forma intensa, me hacía sentirme insegura al caminar por la oficina, pasé un rato muy malo a la hora de la comida, me costaba levantarme, sentía vértigos, y se prolongaron el Miércoles y muy especialmente el Jueves, que tuve un día realmente difícil con este tema.
Decidí repasar los prospectos de los mil medicamentos que tomo entre vitaminas y diferentes pastillas, y logré encontrar uno al que echarle la culpa: Dolquine. Me parecía raro, porque llevaba tomándolo más de un mes, y aunque en un principio fue duro por los dolores de cabeza que me provocó, los mareos no los había sentido.
Como principal sospechoso que era, decidí que se le comentaría al gine aprovechando la visita para ver si todo estaba correcto con la llegada de mi amiga. Al llegar a la consulta, me atendió mi doctor habitual, había leído mi visita anterior y mi dolor de ovarios, y también el tema de mi quiste, así que lo primero que hicimos fue eco para revisar que todo estaba ok. El quiste seguía ahí, pero había reducido de tamaño a la mitad, así que me dio luz verde para empezar con la preparación para transfer.
Debería haberme puesto muy contenta en ese momento, pero no lo hice, y no lo hice porque llevaba meses ansiando ese momento y llegaba justamente en el día que peor me encontraba, que tenía unos mareos intensos y lo peor, que no sabía que los provocaba. Le comenté mis sospechas por el Dolquine y me dijo que era muy raro, que sería por otra cosa. Como le insistí con el tema, porque quería dejar claro que si seguía así, no podría hacer transferencia, ni nada, ya que directamente tendría que meterme en la cama, me dijo que si tenía que dejar el Dolquine, desde su punto de vista no tendría sentido la transfer. La verdad es que me dejó echa polvo, así que decidí tomar una decisión intermedia: dejaría el Dolquine unos días para ver si los mareos cedían, porque en realidad no sabía si era por eso, y empezaría con la preparación e iría viendo como me encuentro, sin agobiarme.
Ayer, como me tocaba tomarlo después de la consulta, ya no lo tomé y hoy tampoco. Bueno, pues aunque sigo algo mareada, puedo decir que me encuentro muchísimo mejor. Me alegra en cierto modo poder echarle la culpa, ya que ya se me estaba pasando por la cabeza hasta que tenía un tumor o algo así. Pero me preocupa la opinión de mi doctor. Si mañana me encuentro bien del todo, volveré a retomar el Dolquine a dosis progresivas, empezando con muy poquita dosis por la noche, para paliar el posible mareo, e iré viendo como va la cosa.
Así que estoy contenta, contenta con mi regla y con mi quiste que se va, contenta con mi luz verde. Pero estoy con cautela, por el mareo y el Dolquine. Y por supuesto estoy con miedo. Miedo a la heparina, es inevitable para mí tenérselo, miedo a las revisiones que vienen, a que algo esté mal y no pueda seguir, miedo al negativo. Y sobre todo, miedo a que todo vuelva a acabar de la misma forma.